El potaje de vigilia es un guiso de garbanzos que tradicionalmente se come en Semana Santa, aunque hoy en día cualquier momento es bueno ya que es un plato de lo más completo y energético, y por supuesto de lo más sabroso.
Un plato de cuchara a base de garbanzos, bacalao y espinacas y mucho más, ya que en cada casa tienen su secreto, yo te cuento los míos para que os quede un guiso espectacular de esos que aunque une este lleno repite porque está buenísimo.
Vídeo receta; potaje de vigilia:
Potaje de vigilia
Dificultad: fácil Raciones: 4-6 personas Tiempo: 2 horas aproximadamente
Ingredientes del potaje de vigilia:
- 300 gr de garbanzos
- 2 diente de ajo
- 1 cebolla mediana
- 100 gr de espinacas, yo he utilizado congeladas.
- 300 gr de bacalao fresco o desalado
- 3 huevo cocido
- 2 rebanadas de pan duro
- Sal, aceite de oliva y agua.
Elaboración del potaje de vigilia:
Empezamos poniendo en remojo la noche anterior los garbanzos en abundante agua fría.
En una cazuela amplia donde haremos el potaje de vigilia, ponemos un dedo de aceite de oliva a calentar.
Cuando el aceite este caliente añadimos el pan y los dientes de ajo y dejamos ambos hasta que estén dorados. Retiramos y reservamos.
Quitamos el exceso de aceite y en la misma cazuela añadimos la cebolla cortada muy fina y con una pizca de sal dejamos hasta que este pochada, blandita.
Añadimos los garbanzos escurridos, que ya teníamos en remojo, y cubrimos con agua; ponemos a cocer si lo hacemos en olla rápida unos 40 minutos aproximadamente, si lo hacéis en una cazuela normal tardareis unas 2 horas.
Mientras se nos hacen los garbanzos cocemos los huevos en agua con sal unos 12 minutos, refrescamos, pelamos.
Una vez que tenemos los garbanzos cocidos le añadimos el bacalao cortado en tacos, un minutos después le añadimos las espinacas y dejamos cocer el conjunto durante unos 5 minutos.
Hacemos un majado con los ajos y el pan frito, además le añadimos una de las yemas de los huevos cocidos. Le añadimos unas cucharadas del caldo de los garbanzos.
Mezclamos todo bien y añadimos al potaje de vigilia. Dejamos que el conjunto de un hervor y por último añadimos los huevos cocidos, rectificamos el punto de sal y listo para servir.
A esta receta también se le suelen añadir unas almendras que al igual que el pan se fríen y se machaca en el mortero.
Como siempre espero que os haya gustado este potaje de vigilia.
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¡Qué guiso más rico, por favor!
Mi madre también me enseñó a añadirle ese majado de huevo y pan, y la verdad es que le da un toque muy muy bueno.
Con un buen plato de este guiso y un poco de pan, ya no necesitas nada más para disfrutar de un almuerzo de campeones 🙂
¡Feliz semana!